En un principio tal y como describe la situación del mercado del mueble en España, la inminente entrada de Ikea y de otros players europeos en el mercado español hace necesaria la internacionalización.
Existen varias maneras de afrontar la internacionalización: de manera pausada, meditada y siguiendo una estrategia o “a la aventura”.
Estos tienen las dos vertientes encima de la mesa: una de ellas con un contrato de suministro encima de la mesa y la otra sin nada en concreto. Aplicando el sentido común, podemos analizar cada una de ellas por separado, podemos ver los siguientes puntos:
1) Francia
Pros: + proximidad geográfica + control más directo + bajos costes de transporte y sin tanto riesgo (bueno aunque igual que tiran los camiones de fresas…)
Contras: + catálogo reducido, que requiere ampliar el ya existente para adaptarlo a los gustos franceses + dependencia muy alta de los representantes + mercado muy exigente + requiere montar una estructura mínima administrativa y un desembolso para la feria y publicidad + mercado aparentemente saturado y muy distinto del español
2) República ex soviética:
Pros: + venta guiada: se la traen en bandeja + productos del portfolio actual de productos + operación asegurada y aparentemente sin riesgo + puede abrir la puerta a mercados del Este de Europa, que demandan la renovación del mobiliario soviético.
Contras: + complejidad de la forma de pago + transporte (vamos que da para escribir una película de JB) + mercado totalmente distinto al español: los representantes son otra cosa (“amigos”).
A lo mejor es planteable, apostar por las dos opciones financiando la opción de Francia con operaciones del tipo de la República ex soviética. Todo función de la cronología de los acontecimientos.
Podría ser también posible, iniciar la penetración en los países del norte de África más o menos tranquilos.
Interesante escenario el del mueble en España a principios de los noventa, con el gigante IKEA a punto de entrar.
ResponderEliminarLe daré unas vueltas más al caso y espero poneros algo mañana tanto en el A como en el B.
Seguimos...
En un principio tal y como describe la situación del mercado del mueble en España, la inminente entrada de Ikea y de otros players europeos en el mercado español hace necesaria la internacionalización.
ResponderEliminarExisten varias maneras de afrontar la internacionalización: de manera pausada, meditada y siguiendo una estrategia o “a la aventura”.
Estos tienen las dos vertientes encima de la mesa: una de ellas con un contrato de suministro encima de la mesa y la otra sin nada en concreto. Aplicando el sentido común, podemos analizar cada una de ellas por separado, podemos ver los siguientes puntos:
1) Francia
Pros:
+ proximidad geográfica
+ control más directo
+ bajos costes de transporte y sin tanto riesgo (bueno aunque igual que tiran los camiones de fresas…)
Contras:
+ catálogo reducido, que requiere ampliar el ya existente para adaptarlo a los gustos franceses
+ dependencia muy alta de los representantes
+ mercado muy exigente
+ requiere montar una estructura mínima administrativa y un desembolso para la feria y publicidad
+ mercado aparentemente saturado y muy distinto del español
2) República ex soviética:
Pros:
+ venta guiada: se la traen en bandeja
+ productos del portfolio actual de productos
+ operación asegurada y aparentemente sin riesgo
+ puede abrir la puerta a mercados del Este de Europa, que demandan la renovación del mobiliario soviético.
Contras:
+ complejidad de la forma de pago
+ transporte (vamos que da para escribir una película de JB)
+ mercado totalmente distinto al español: los representantes son otra cosa (“amigos”).
A lo mejor es planteable, apostar por las dos opciones financiando la opción de Francia con operaciones del tipo de la República ex soviética. Todo función de la cronología de los acontecimientos.
Podría ser también posible, iniciar la penetración en los países del norte de África más o menos tranquilos.
¿Qué opináis?